
Quien haya seguido mis blogs verá que empecé a interesarme por la política hace ya unos años, a principios de XXI. Imagino que son cuestiones que interesan en la edad adulta. Y al ser de Bilbao y coincidir con la época de ¡Basta Ya!, mi primer paso fue entender y asumir la falsedad esencial del nacionalismo en el que me crié. Tomar conciencia de que el nacionalismo no es más que propaganda y prejuicios. Y de los dañinos. Una mezcla de supremacismo, sensiblería y victimismo sin base real.

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No pasó mucho tiempo antes de ver que detrás de la sorprendente eficacia del nacionalismo estaba el PSOE. Si el absurdo mensaje nacionalista triunfaba era porque la izquierda lo validaba utilizando una lógica igualmente absurda. Un razonamiento que viene a decir que la única manera de combatir el nacionalismo es darle la razón y facilitarle el acceso al poder para que no se pueda victimizar.
Con el tiempo, a medida que estas ideas originarias del PSC iban dominando por completo al PSOE (Zapatero lideró el PSOE por el apoyo de Maragall, Sánchez por el de Iceta), he podido entender que no es una estrategia sin sentido sino una hipocresía manipuladora. Sólo hay que fijarse en la diferencia en cómo combate el PSOE a la derecha y al nacionalismo para entender que hay algo falso. Que la estrategia del PSC es sencillamente de oposición a la derecha y colaboración con el nacionalismo, no de enfrentamiento.

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Pero el cuadro general seguía sin encajar. Si los mensajes del nacionalismo y la izquierda son tan fácilmente desmontables ¿Cómo es posible que triunfen? Claramente faltaban piezas en el puzzle. Y empecé a mirar a los medios, ya que son los únicos capaces de transformar la percepción de la realidad.
¡Bingo! Sólo hace falta revisar en la wikipedia la propiedad de los medios de comunicación españoles para ver que es esencialmente centro europea. A los países se los come por la cabeza: Primero se controla su pensamiento colectivo a través de los medios, luego a sus políticos, sus instituciones… hasta hacer con ellos lo que se quiera.
Así se entienden muchas otras cosas. El apoyo francés a ETA (Santuario de ETA en Francia…), la permisividad judicial belga, el incumplimiento alemán de las euroórdenes para dejar libre a Puigdemont, la cercana colaboración de Von der Leyen con Sánchez a pesar de sus alianzas y evidentes carencias democráticas… El control franco alemán de Europa parece estar claramente detrás de esa fortaleza del PSOE filo nacionalista. Es el tradicional divide et impera, un clásico en realidad.
Y no es sólo aplicable a España, se ha visto también en Checoslovaquia o Yugoslavia. Ni siquiera es algo restringido a la UE. La estrategia franco alemana se ha manifestado con bastante claridad durante las etapas primero de Chirac-Chröder y luego de Merkel-Macron. Una estrategia de dominio en la UE y multilateralismo en lo internacional que implica no sólo el control franco alemán de la UE sino también la erosión de la posición estadounidense como líder mundial absoluto.
Así se explica el apoyo europeo a Borrell, cuya colaboración con las dictaduras de Cuba o Venezuela es difícil de disfrazar, la complicidad alemana primero con la URSS y luego con Putin, el doble juego europeo con Irán y Palestina, o la aceptación de China como proveedor de infraestructuras esenciales desatendiendo los evidentes riesgos que entraña.

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El cuadro parecía casi completo hasta la caída de Trump en las elecciones de 2020. Ahí de repente quedó claro que faltaba una pieza importante.
Los muchos errores de la etapa de Obama respecto de Cuba, Venezuela, las primaveras árabes, Putin… podían achacarse a eso, a errores. Pero, tras las elecciones de 2020, la censura a Trump por parte de todas las grandes tecnológicas (Twitter, Facebook, Apple, Amazon…) y la vuelta a la antigua estrategia multilateralista no tenía sentido ¿Por qué iba EE.UU. a querer acabar con su propia hegemonía en beneficio de un Nuevo Orden Mundial que ni siquiera muestra estar funcionando?
Parecía claro que faltaba por encajar una pieza fundamental, y ahí debía entrar ese ente poco definido llamado globalismo (no confundir con globalización, un fenómeno que nadie cuestiona). Pero no conseguía entenderlo del todo.
En esas estaba cuando el periodista Antonio Espín me sugirió la lectura de «Los amos del P.S.O.E (informe confidencial)» un libro escrito en 1986 por Manuel Bonilla Sauras que intenta explicar la naturaleza del PSOE de la Transición (antes que nada, mi agradecimiento a Antonio Espín).
El caso es que el libro en cuestión explica y apoya con innumerables datos el origen y estrategia del globalismo cuando aún no se denominaba así. Un libro revelador para mí ya que completa de manera perfecta el cuadro que me había hecho, es exactamente la pieza que me faltaba.

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Intentaré comentar el contenido del libro con algo más de detalle en futuras entradas de este blog pero plantearé aquí la idea básica.
Tan solo una sugerencia antes, dirigida a quienes al desconectan al escuchar palabras como masonería o sociedades ocultas por sonarles a conspiranoia:
Sugiero pensar en el Opus Dei. Una organización muy similar. Que también tiene ideología, busca el poder económico y político, promueve un nuevo orden, tiene instituciones educativas y cuyos miembros a veces son secretos o al menos no siempre claramente declarados. ¿A que el Opus Dei sí suena real en España? Pues las sociedades fabianas serían algo similar pero en versión anglosajona, con origen en Reino Unido y EEUU y en un momento en el que e’éstos son los líderes mundiales.
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Así que entremos en materia y planteemos muy sucintamente qué es eso del globalismo.
Allá por finales del siglo XIX aparecieron diversas organizaciones entre las que cabe destacar la Sociedad Fabiana (Londres 1884) que, como indica la wikipedia: a diferencia de Karl Marx, que predicaba el cambio revolucionario, creen en la evolución gradual de la sociedad hacia el socialismo, y apuestan por el trabajo discreto y reformas graduales que, en su opinión, llevarán poco a poco al socialismo.

Es decir, su objetivo es un Nuevo Orden Mundial de tintes socialistas pero al que acceder mediante reformas lideradas por ellos, no mediante la revolución. Una sociedad que orientó su actividad hacia tres facetas: la filantropía, el conocimiento y el acceso al poder.
La filantropía original del movimiento liga con la tendencia de moda en aquel momento: el socialismo, que es considerado por muchos en aquella época como la evolución natural de la sociedad. Contagiados por las teorías evolutivas de Darwin (El origen de las especies, 1859) se ve el socialismo como una suerte de inevitabilidad histórica a la que no tiene sentido enfrentarse y conviene acompañar.
El conocimiento explica al menos tres vertientes. El acercamiento a la Teosofía como oposición a las religiones tradicionales lo que les da unas tintes espirituales, semejantes a una religión. La voluntad de educar al pueblo, lo que dará lugar a numerosas instituciones educativas algunas del nivel de la Escuela de Economía (London School of Economics, 1895), se trata de formar a las masas pero también a una élite dirigente. Y el interés por el control de medios de comunicación.
Por último, para ser eficaces en sus objetivos deben tener acceso al poder por lo que desde sus inicios buscan la adhesión de poder económico y la influencia en el poder político. Por poner un ejemplo, cuando la Sociedad Fabiana salta a EE.UU. en 1902 a través de la Pilgrims Society, sus contactos serán los Rockefeller, Morghentau, Otto Khan, Paul Warburg, todos ellos miembros de la alta finanza y de la élite judía americana.
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Pero, así como el wikipedia supone que esta sociedad tan sólo influyó en la creación y desarrollo del Partido Laborista Británico, la tesis del libro de Manuel Bonilla es que esa semilla evolucionó creando círculos de poder en la sombra (imagino que es parte de ese trabajo discreto al que se refiere la wikipedia).
Ahí habría que encuadrar el CFR, Council on Foreing Relations (EEUU), el RIIA, Royal Institute of International Affairs (Reino Unido, también conocido como Chatham House), el Club de Bilderberg (UE) o la Trilateral, fundada por iniciativa de David Rockefeller y que ligaría círculos de EEUU, Europa y Asia. Poder repartido por zonas pero coordinado.
Estas instituciones y muchas más, todas ellas de origen y evolución fabiana, serían las que estarían liderando la construcción de la UE en torno a una Alemania en la que tienen gran influencia, o la promoción de organizaciones globales como la ONU en sustitución a las naciones tradicionales.
Y así se explica que a veces EEUU lidere sus iniciativas (financiando la ONU o la OTAN, o apoyando el multilateralismo, por ejemplo) y otras haga lo contrario, como cuando Trump llama a la defensa de las democracias nacionales frente a unas élites manipuladoras. Depende de que gobierne un presidente adherido al globalismo o un patriota.
Es lo que yo antes de entender el origen del globalismo consideré algo más centrado en Europa pero en todo caso una batalla entre una Agenda 2030 manipuladora y oscura y los defensores de las democracias nacionales, las únicas democracias que existen realmente. Ahora entiendo mejor a los participantes, pero la batalla es la misma.
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Por resumir, la manera de ligar las piezas sería:
- El nacionalismo está soportado por el PSOE.
- El PSOE de la Transición se creó bajo influencia alemana, recibiendo el prestigio de la Internacional Socialista de Willy Brandt y el dinero y formación del SPD alemán. Y probablemente fue controlado por Francia y Alemania desde la llegada de Zapatero con el atentado del #11M y directamente por el globalismo internacional en el caso de Sánchez.
- La influencia alemana en España, que también se ejerce sobre el PP, no es el origen último. Tiene un trasfondo globalista dado la inserción de las organizaciones de origen fabiano en las instituciones económicas y políticas alemanas. El globalismo es el actor último, quien sostiene los hilos que manejan a los demás.
El cuadro parece ya completo, se sostiene con estas piezas.
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P.S.1: (30 abril 2024) Un artículo muy interesante, que ayuda a entender la relación del globalismo anglosajón (asociado a la masonería fabiana) con Alemania: «estrategia norteamericana para resucitar en 1951 de sus cenizas a la Segunda Internacional, dotada de una doble fuente de influencia: la escuela neomarxista de Frankfurt y la Sociedad Fabiana».

Muy bueno, gracias por compartir tus conocimientos.
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Gracias, me alegra que te haya interesado 😉
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