La izquierda como herramienta de colonización

El siglo XXI está suponiendo para Occidente un periodo convulso que favorece el crecimiento de los regímenes totalitarios y agresivos en el mundo entero. El poder cada vez mayor de China, la prepotencia militar rusa, el florecimiento de dictaduras en Iberoamérica y Oriente Medio…

En esta convulsión de Occidente se pueden resaltar dos elementos de poder claros: la crisis en la hegemonía de EEUU y el deseo de liderar de Francia y Alemania. Y digo Francia y Alemania porque que la UE juega aquí un papel subsidiario, de acompañante, siempre subordinada a los intereses de estos países.

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Al revisar con un poco de profundidad temporal la estrategia de predomino franco-alemana, se ve que busca más la erosión de los contrincantes que de liderazgo propio. Se sostiene en un hipócrita: no apoyamos a China, Irán-Palestina, Cuba-Venezuela… pero tampoco apoyamos las medidas prácticas que EEUU tome contra ellos. Es decir, en aprovechar la erosión de los regímenes antidemocráticos al líder actual.

Una estrategia que tiene variantes en menor escala. Por ejemplo, se despliega en España con un: no apoyamos los nacionalismos e izquierda antidemocrática en España… pero no haremos nada contra ellos y decalificaremos como ultraderecha a quien pretenda tomar medidas prácticas contra ellos. En Oriente Medio: no apoyamos los atentados de Irán-Palestina… pero solo pondremos el altavoz para denunciar como desproporcionada cualquier respuesta de Israel. O Centroamérica: no reconocemos la dictadura de los Castro, Maduro u Ortega… pero impediremos que se tomen medidas de presión eficaces contra ellos, solo apoyaremos el esperar a que ellos decidan negociar su retirada voluntaria del poder.

Y que utiliza más de intriga que el enfrentamiento directo. Así, es imposible no sospechar de una mano oculta tras sucesos claramente beneficiosos para la hegemonía franco-alemana como han sido el atentado del 11M en España o las denuncias de fraude electoral en EEUU.

Podemos concluir que la estrategia franco-alemana es a día de hoy una estrategia esencialmente destructiva, de erosión de los contrincantes. Y eso explica el crecimiento global de los regímenes agresivos y totalitarios.

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Vayamos ahora a las herramientas. Francia y Alemania no disponen de poder militar así que sus armas son otras. Básicamente el dinero y la influencia mediática. Por ejemplo, si observamos en panorama español, cada vez más sectores económicos están controlados por empresas francesas y alemanas y prácticamente todos los medios de comunicación tienen su propiedad en manos centroeuropeas. Y solo hay que mirar el gobierno actual, constituido por socialistas y comunistas, que no recibe ninguna crítica desde la UE y no se caracteriza por tomar medidas de izquierda, sino anti-españolas.

Este poder mediático y económico se utilizan por el mundo entero para apoyar o erosionar a dirigentes en función de que resulten favorables a sus intereses. Y para desplegar una influencia ideológica que les favorezca. No olvidemos que, como resalta Harari, el poder de los Sapiens deriva de la colaboración a través de fantasías colectivas.

Aquí podemos encuadrar la ideología de izquierda actual. Que en nada se parece a la ideología de principios del siglo XX, basada en rígidos principios firmemente asumidos. La izquierda de hoy es laclausiana, nihilista, carente de principios racionales sólidos y por lo tanto siempre abierta a cualquier manipulación emocional. No es una ideología, sino una emociología, una corriente de afinidad grupal utilizada en beneficio de intereses particulares. Aprovechando el hueco ideológico generado con la derrota del comunismo tradicional y la generalización de la socialdemocracia con las exitosas sociedades del bienestar.

La izquierda actual ha sustituido la rígida lucha de clases por una flexible lucha de colectivos que siempre sigue el mismo esquema: ensalzar enormemente unos valores ya aceptados por la mayoría de la sociedad para alentar un puritanismo intransigente que divida a la sociedad en grupos enfrentados entre si. Así han florecido por todo Occidente la intolerancia anti-fascista, anti-racista, anti-homofobia, anti-machismo… colectivizaciones autodestructivas que sirven para manejar a la sociedad desde el control mediático. Herramientas de ataque cognitivo similares a lo que en el siglo XVIII pudo ser la Leyenda Negra, utilizada masivamente contra el Imperio Español. En el imaginario actual, la izquierda es Europa frente a la derecha y el capitalismo que es EEUU, no en vano una faceta común a todas las izquierdas es el antiamericanismo.

Esta corriente lidera tanto a la izquierda europea como a la hispanoamericana. Tanto a la Norteamericana como a la australiana, incluido el propio Partido Demócrata estadounidense. Es una corriente ideológica global que erosiona de forma general Occidente, debilitándolo y volviéndolo vulnerable. Los romanos decían: divide y dominarás. En España se dice: a río revuelto, ganancia de pescadores. E imagino que los pescadores son hoy quienes controlan los medios de comunicación, elementos esenciales en la expansión de ideologías.

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