Lo más característico de la situación española a día de hoy es que tenemos un mal gobierno. Liderado por un presidente que se hizo con el control del PSOE con malas artes: engaños respecto de la estrategia de alianzas que seguiría y hasta urnas trampeadas. Y sostenido por una alianza que nadie hubiese creído verosímil hace no mucho: Iglesias, reconocido chavista, Junqueras, golpista condenado y Otegi, un terrorista también con condena firme.
Que las cosas vayan mal con semejante gobierno es sencillamente lo natural: polarización social, desastre económico, respuesta al coronavitus tardía, autoritaria, poco transparente, propagandista y con mala gestión, caos gubernamental, apropiación de las instituciones…
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Un gobierno que solo se puede explicar por la influencia de unos medios de comunicación que distorsionan de forma constante la realidad.
Apoyando de manera insistente un mundo ficticio de aceptables terroristas, simpáticos golpistas, tramposos que velan por nuestra prosperidad, malvados partidos de la oposición que no apoyan la estrategia del gobierno y líderes internacionales divididos entre demonios (Trump, Johnson, Bolsonaro…) y ángeles (Merkel, Macron…), con los verdaderos demonios, las dictaduras expansionistas, como grandes olvidadas (China, Cuba, Venezuela, Irán, Rusia…)
Un mundo al revés que mantiene una coherencia en su distorsión. Siempre beneficia los intereses que defienden los gobiernos de Alemania y Francia. Siempre coinciden con la estrategia de Merkel y Macron.
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Frente a esta situación, la tentación puede ser buscar el enfrentamiento directo con Sánchez y su gobierno. Pero probablemente eso no sea distinto al embestir de un toro. Algo que en realidad beneficia al torero: el mal gobierno actual, que promueve esa polarización.
La pandemia ha acelerado los plazos y la economía está ya a niveles de una crisis gravísima. Paro, decrecimiento, déficit… totalmente inasumibles. Así que Sánchez probablemente no tendrá tiempo de desarrollar poco a poco su hoja de ruta: expandir el nacionalismo y potenciar el establecimiento de las empresas franco-alemanas frente a las españolas y hacer profundizar a España en la trampa de deuda (esto último ya es inevitable).
Sánchez pretendía aprovechar el apoyo mediático para vivir de hacer la propaganda de una España feliz, de buen rollito, mientras la destruía. Pero eso es difícil de hacer sin dinero. Y éste se ha esfumado súbitamente. Por decirlo con claridad: Sánchez no tendrá ni dinero para los gastos del estado ni apoyo mediático, Merkel y Macron no quieren controlar España para tirar su dinero sino para enriquecerse. No le apoyarán mientras pone el peligro la economía europea.
A Sánchez solo le queda la baza de intentar achacar sus propios errores a una supuesta derecha facha y radicalizada, e intentar ganar unas elecciones anticipadas cuando pierda sus actuales apoyos parlamentarios. Para quizá buscar luego el apoyo… ¿en el Cs que hoy día aúpa hoy el CIS?
Esperemos que no le funcione. Harán bien Cs, PP y Vox en no ponerle fácil el ser presentados como peligrosos partidos radicalizados. No entrar al trapo de las provocaciones y mantener sencillamente un firme rechazo a los actos de un mal gobierno.

Sánchez, un vendedor de buen rollito
Sánchez… ¿el Breve?
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Lo realmente útil, si el problema es que Sánchez ha arrastrado a la izquierda a aliarse con todos los que aspiran a la destrucción de la España actual, será ayudar a la izquierda española a recuperarse. A librarse del influjo de los Iglesias, Junqueras y Otegi. Prevenirse de quienes les abrieron las puertas del PSOE: los Iceta, Mendia… Y recuperar ese PSOE en el que cabían Nicolás Redondo, Javier Fernández o Rosa Díez.
Y ahí, Arrimadas puede hacer algo importante: ofrecer una opción saludable al electorado de izquierdas. Lo que no solo quitaría voto a Sánchez. Además sería enormemente saludable para España, que carece de una opción de voto de izquierda no frentista, no populista.
Devolver a Cs a su función inicial, para la que fueron creados UPyD y Cs. La que llevó a Rosa Díez al Parlamento y a Cs a ser el primer partido en Cataluña.
Para recuperar el espíritu de la Transición. Solo que esta vez a quien le toca reformarse es a la izquierda, no a la derecha. Pero el objetivo es el mismo, se trata de hacer un país en el que izquierda y derecha sean saludables, no sectarios.
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¿Y la derecha?
La estrategia del PP de Pablo Casado ya es adecuada. El PP no necesita cambiar, afortunadamente se libró del riesgo de acabar maniatado por la corrección política al librarse de Soraya Sáenz de Santamaría. Y no está siguiendo una estrategia frentista o agresiva sino de firme alternativa a la mala política del gobierno actual.
El PP, afortunadamente, ya es una opción de derecha saludable. Tanto perdimos cuando Sánchez se hizo con el control del PSOE como ganamos cuando Casado se hizo con el del PP.
¿Y Vox? Vox ha aportado algo pero hoy ya básicamente perjudica.
En su día, Voz abrió el discurso político diciendo lo que nadie se atrevía a decir, rompiendo los tabúes de lo políticamente correcto, que también ataban al PP en la etapa de Soraya. Pero con el PP de Casado, Cayetana Álvarez de Toledo, Alejandro Fernández, Ayuso, Martínez-Alméida, Iturgaiz… Ya no hay miedos por corrección política en el PP. Vox ya no cumple esa función.
De lo que se trata ahora es de reunirnos de nuevo todos los que queremos un futuro en común para los españoles. Cordial y próspero. Para mí es claro, lo más importante hoy es recuperar a la izquierda española. Secuestrada por unos desaprensivos que nos arrastran a la autodestrucción. No de demonizarla ni afianzar la estrategia de bloques enfrentados. No se trata de ser como el PSOE de Felipe González pero a la inversa, se trata de evitar el error que cometió Felipe González con su Aznar-doberman, el error que posibilitó que años después su partido fuese conquistado por unos conductores al abismo como Zapatero y Sánchez.
Vox, a mi modo de ver, es el PSOE de Felipe González de la Transición. Así que mejor una derecha más saludable y no repetir errores de exceso de frentismo y sectarismo.

El PP, el buen partido
Si el problema es Sánchez, la solución no es Vox
Cómo hacer de España un gran país
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P.D.1 (23 mayo 2020): Ya que parece que el tema de la bandera de España vuelve a estar de actualidad.
Llevar minifalda no es ir provocando. Llevar la bandera de España tampoco. Que, como con la minifalda, cada uno decida cuándo la usa, no cuando deben utilizarla los demás. Porque lucirla no es apropiársela sino disfrutarla y usarla para defender lo que uno piensa que es común. Por muchos prejuicios que quieran sembrar algunos contra minifaldas o banderas.

Banderas y minifaldas
Además, veo normal usarla en estos tiempos. En los que nos gobiernan partidos que abiertamente están contra ella: Iglesias, Junqueras y Otegi son ejemplos evidentes. No es apropiación, sino lo normal a utilizar cuando se defiende una España de todos que se siente en riesgo. No se usa contra otros españoles, se usa en una protesta contra otros españoles porque el bienestar y la estabilidad de todos los españoles es lo que pensamos que está en juego.
Aquí usan la bandera los manifestantes contra el gobierno, los policías que vigilan la manifestación y el presidente del gobierno criticado. Todos, que para eso es la bandera de todos.
Y quienes digan que entonces la gente de izquierda puede cogerle manía a la bandera… les sugeriría volver a mirarlo como minifalda. Si mi novia me deja y la veo con minifalda me puedo sentir mal. Si a una chica le deja su novio y lo ve con otra chica que va con minifalda, puede sentirse mal. Pero ¡no echemos la culpa a la minifalda ni exijamos al resto cumplir duelo! ¡Que usen ellos también la minifalda o superen sus traumas!
¡Disfrutemos y dejemos disfrutar todos la minifalda… y la bandera común!
Nada mejor para que ni Vox, ni la derecha, ni nadie se apropie de ella ¡que la use también! Verá como nadie se lo afea. Apropiarse una bandera es lo que algunos hicieron con las celebraciones del feminismo o LGBT, no permitiendo a algunos partidos participar en las manifestaciones o diciendo quien es feminista de primera y quien debe ponerse a la cola. Eso es apropiarse una bandera, no el utilizarla cuando a uno le venga en gana dentro de la ley. La de España, la LGBT o la feminista.
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Yo creo que si Sánchez és una persona que no sabe gobernar esto és evidente no puede ser que por la Mañana pacte con Cs y por la Tarde con Bildu no tiene sentido esto y denota la desesperación que tiene el PSOE con Sánchez a la cabeza. Para mi Ciudadanos está muerto con 10 Diputados y hacer lo que hahecho és simplemente suicidarse però veremos, y PP y sobretodo VOX suma y sigue con los desencantados de la política que hay muchos, como tu dices en el artículo van a haber elecciones anticipadas seguro el Año que viene o a muy tardar a principios del 2022 entonces veremos a ver que pasa.
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Sí, ya veremos.
Esto es lo que a mí más me gustaría que ocurriese. Pero claro, luego saldrá lo que salga.
Un saludo,
«Cómo hacer de España un gran país»
https://politicadegaraje.blog/2020/04/03/un-gran-pais/
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