CGPJ, democracia y Europa

Cuando el artículo 122 de la Constitución establece que los miembros del CGPJ se renovarán cada cinco años y marca que aquellos elegidos por el Congreso y Senado lo sean con una mayoría de 3/5 ¿qué se está buscando principalmente? ¿Garantizar la renovación o una mínima independencia del gobierno?

Parece claro que el principal objetivo es la independencia del Poder Judicial respecto del gobierno. Los cinco años son un plazo como podría haber sido otro, algo que se fija para resolver las cuestiones prácticas, pero la exigencia de una mayoría de 3/5, superior a la necesaria para formar gobierno, busca claramente impedir que el gobierno pueda controlar a su antojo la justicia.

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Por lo tanto. ¿Qué objetivo debe cumplir ante todo el partido de la oposición? ¿Garantizar que la renovación se realiza en fechas o ser precavido para priorizar que se mantiene al menos una mínima independencia judicial?

De nuevo parece claro. La oposición no debe colaborar con el gobierno en la renovación del CGPJ si esta no se realiza con unas mínimas garantías de respeto a la separación de poderes.

La función de la oposición no es garantizar que los puestos se renuevan, esa es si acaso una responsabilidad que recae principalmente del partido que gobierna. La oposición debe, ante todo, garantizar que no se elige un CGPJ sometido al gobierno. Esa es la función de la oposición en democracia. Ejercer como un contrapoder al gobierno, para garantizar que no se convierta en un poder absoluto, ajeno a cualquier control.

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Hasta aquí la teoría general. Algo que imagino que compartirá cualquiera que entienda en que se sustenta la democracia. Y sin duda es parte indiscutible de los principios europeos. Así que vayamos a nuestra situación particular, la actual. ¿Hay motivo de desconfianza para que el PP, el partido de la oposición, exija garantías?

Veamos. Una de las condiciones que ha puesto es que Podemos quede excluido de las negociaciones. ¿Es esto justificable en democracia?

Sin duda es acorde a la Constitución, que no dice que todos los partidos deban participar en la elección, tan solo fija una mínima mayoría de 3/5. De hecho, en la práctica también quedan excluidos de la negociación muchos otros partidos.

Pero, este tipo de vetos ¿no resultan contrarios al espíritu de la democracia de que todos tengan voz y participen? Creo que esta sería una visión buenista de la democracia. La democracia es un sistema que se basa en los contrapesos de poder, es decir, en la desconfianza frente a quien quiere detentar demasiado poder. Y hay motivos serios para desconfiar. El propio presidente de gobierno los reveló en 2016, cuando aun no eran socios:

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Pero es que además hay un segundo motivo para la desconfianza.

Los nombramientos de la dirección del CIS (Tezanos, afiliado al PSOE), del Fiscal General (Delgado, ministra con Sánchez) o las destituciones de quienes se le han opuesto, como en la dirección de la Guardia Civil (Cobos, destituido por no saltarse la ley y filtrar un informe privado) o de la Abogacía del Estado (Bal, destituido por apoyar la acusación por delito de rebelión en el Procés), muestran un indisimulado partidismo por parte del Gobierno en el manejo de las instituciones del Estado.

Veamos este otro vídeo. Sánchez parece confiar tanto en que la cobertura mediática de que dispone silenciará cualquier cosa, que en un momento dado se permitió incluso reconocerlo abiertamente.

Creo que queda claro por qué, en la coyuntura actual, es saludable que el PP prime garantizar que el Gobierno no se haga con el control partidista del Poder Judicial como se ha hecho con el CIS, la Abogacía del Estado, la policía, RTVE, etc.

La propia preparación por parte de PSOE y Podemos de una ley para saltarse la exigencia de los 3/5 añade un nuevo elemento de desconfianza. Un motivo para que la oposición sea aun más firme en la exigencia de garantías.

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Incluso podríamos dar un paso más en la desconfianza. ¿Por qué resulta tan importante y urgente para el gobierno hacerse con el Poder Judicial? Hasta el punto de ponerse en evidencia preparando una ley pata permitir al Gobierno elegirlo sin el contrapeso de la oposición.

La respuesta sencilla sería pensar que tiene que ver con que Iglesias, el vicepresidente, se esté enfrentando a una probable imputación. Pero esa motivación, aunque presente, no puede ser la esencial. Para empezar, Podemos ya quería hacerse con el control en 2016, cuando Iglesias no estaba aun encausado.

Pero además sólo hay que pensar que para sacar la nueva ley que preparan necesitarán el apoyo de los partidos secesionistas ¿Por qué podría un partido secesionista querer entregar el poder judicial al Gobierno Central? ¿No sería lo normal todo lo contrario?

Creo que es de lógica sospechar que los secesionistas esperan que el control de la justicia se utilice para fines que ellos comparten: erosión de las instituciones comunes (monarquía…) y avance en el secesionismo (nación de naciones…). Para poder saltarse impunemente los límites que marca la legalidad.

La intriga secesionista

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Hasta aquí hemos repasado algo que es elemental. El sentido de la independencia de poderes en democracia y su aplicación al día de hoy. Ahora vayamos a por algo más difícil, más difuso: ¿Por qué nos encontramos en esta situación? ¿Cómo hemos podido llegar a este punto de degradación democrática?

Creo que el hilo del que hay que empezar a tirar para resolver esta cuestión está en los medios de comunicación. Que son el pensamiento en común de una sociedad. Un buen ejemplo puede ser esta viñeta de El Mundo, un periódico que lee el electorado de la derecha, un medio supuestamente contrario a Sánchez.

Una viñeta en la que por un lado se equipara la pretensión del gobierno de hacerse con el control de la justicia a la defensa de la independencia judicial por parte de la oposición. Y sitúa como valor principal el que se repartan los puestos para que se produzca la renovación. Es decir, es una viñeta que equipara el ataque a la democracia a su defensa, como si ambos fuesen simple partidismo, y que trastoca las prioridades anteponiendo la renovación a la garantía de la independencia judicial.

Sin duda, malamente se defenderán los valores democráticos en un país si no solo el gobierno y sus medios afines muestran una clara perversión partidista, sino que además sus distorsiones también son apoyadas por los medios supuestamente afines a la oposición.

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Pero demos un paso más. ¿Por qué podría un medio contrario al gobierno querer apoyar sus perversiones antidemocráticas? ¿No resulta contradictorio?

Tendremos que mirar quién está detrás de este medio de comunicación. Quien es su dueño último, lo que explicaría a qué intereses últimos sirve. Y ¡sorpresa! ¡la propiedad no es española!

El Mundo -> Unidad Editorial -> RCS MediaGroup (Italia) -> Fiat S.p.A. -> Fiat Chrysler Automobiles -> PSA (Peugeot) -> 14% del Estado francés.

Una sorpresa que se repite si miramos otros medios, como Tele5 y Cuatro, que pertenecen a la empresa italiana Mediaset, controlada por el grupo Fininvest, propiedad de Silvio Berlusconi. Expresidente de Italia y actual líder de Forza Italia.

¿Qué pintan poderes políticos extranjeros controlando nuestros medios de comunicación y promoviendo perversiones antidemocráticas?

Como dije anteriormente, una democracia sana se basa en la desconfianza. Y esto da motivos de sobra para desconfiar de malas prácticas en algunos poderes políticos europeos. De un intento de influencia a través de los medios de comunicación, de colonización mediática.

Colonias mediáticas

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Sigamos tirando de ese hilo. Si los medios están apoyando a este gobierno de manera masiva. Y la propiedad está también en gran parte en manos extranjeras. ¿Qué debemos pensar de este gobierno?

Cabe sospechar que el gobierno actual no es que sea más o menos de izquierda. Eso en política suelen ser tonterías. Cuentos de buenos y malos que se utilizan para la propaganda. No hay mayores cuentos que las ideologías políticas.

Cabe sospechar que el actual sea un gobierno al servicio de intereses extranjeros. Así de duro y así de simple. Porque en política los intereses sí que son sólidos. Y hay bastantes motivos para temer que este gobierno esté poniéndonos bajo el control de manos extranjeras (endeudamiento, avance en la fragmentación nacionalista, deterioro institucional y empresarial…). Listos para ser una colonia comercial, un estado fallido que precisa ser controlado desde el exterior.

Nuestro gobierno no es socialcomunista

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Si esta fuese la situación, se entendería la hipocresía de que en la Unión Europea sancionen a Polonia mientras alaban a Sánchez. Haciendo ojos ciegos a que su gobierno esté sustentado por chavistas, golpistas y terroristas que no han rectificado. El elemento esencial sería que Sánchez está alineado con la estrategia de Merkel y Macron mientras que Polonia o Hungría no lo están.

Incluso podríamos darle una vuelta más y plantearnos cómo es posible que en Europa se demonice a Trump y a la vez se facilite el mantenimiento en el poder de Maduro, como muestra el siguiente vídeo:

¿Acaso Borrell no ha sido elegido con el apoyo de Merkel y Macron? ¿Acaso Trump no es el primer defensor de Guaidó?

De nuevo, resulta extremadamente sospechoso. ¡Comportémonos como verdaderos demócratas, desconfiemos de quienes ostentan el poder! Sobre todo si llevan ¡15 años ininterrumpidos ostentando el poder máximo en la UE! Quince años dan para controlar todos los resortes del poder. Nada de esto es casualidad.

España y Venezuela, piezas en un tablero mayor

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Y ya casi he acabado por hoy. Queda la parte más personal: ¿Cómo podríamos reaccionar?

Creo que es importante que entendamos cuál es el juego y no permitamos que Europa se convierta en el PSC del mundo. En una Unión Europea hipócrita e intrigante que dice combatir el mal (particularizado en dictaduras y nacionalismos) mientras en la práctica los alimenta para usarlos partidistamente (para el control franco-alemán de la propia UE y competir contra EEUU)

El silencio europeo respecto de lo que ocurre en el gobierno de España es inaceptable. Como la posición respecto a Venezuela y tantas otras cosas. Y debemos sacarles los colores a los actuales dirigentes europeos Desnudar su hipocresía e intrigas mediáticas. Para que seamos los propios europeos quienes les frenemos. Porque Europa no reaccionará si no la obligamos a hacerlo.

Llevar la batalla a Europa

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