Emociología: estructura compleja y estable de distorsiones cognitivas orientada
a la movilización social y política mediante la manipulación emocional.
Utilizada para promover la división y enfrentamiento de la ciudadanía a partir de
algún elemento diferenciador (lengua, capacidad económica, religión, raza…).
Es habitual que las ideologías vayan acompañadas de una emociología.
EmoFree: dícese de la forma de gobernar no manipuladora, libre de emociologías.

Merkel, Macron y Sánchez (M&M’s) no son Europa. Como tampoco lo fueron Schröder, Chirac y Zapatero mientras coincidieron. Son solo malos gobernantes, manipuladores que basan su poder en promover enfrentamientos, emociologías.
Igual que Sánchez e Iceta no son España. Ni Otegi y Urkullu el País Vasco, o Puigdemont y Junqueras Cataluña. De nuevo, son tan solo políticos intrigantes que buscan poder sembrando cizaña.
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Es importante no caer en la trampa de sus distorsionadas colectivizaciones. No asumir su discurso, ese en el que ser vasco equivale a ser nacionalista o ser europeo es aceptar que los gobiernos de Francia y Alemania marquen la pauta al resto y siembren cizaña por el mundo.
Yo soy vasco y español, pero no nacionalista; europeo, pero no antiamericano. Así que no rechazo ni a los vascos, ni a los catalanes, españoles, franceses, alemanes, europeos, americanos… a nadie en general y a todos los manipuladores y sus distorsiones en particular. La UE es un gran sitio para vivir, con sanas y poderosas instituciones que facilitan la vida. Tan solo tiene también malos líderes y malas estrategias políticas, como ocurre en todos lados.
Ahí conviene centrarse y evitar caer en el error, a mi modo de ver, del Reino Unido. El de separarse con un brexit en vez de integrarse influyendo en la democratización Europa. Retraerse en vez de expandirse, dificultando el objetivo icomún: una UE grande, fuerte y realmente democrática, que estabilice Europa y el mundo en vez de tensionarlos.
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Y en el caso de España el riesgo es aun mayor.
Si nos dividimos como país (nación de naciones), perderemos capacidad de influencia en Europa y de resistencia frente a la siempre presente amenaza de perversiones tipo M&M’s.
Si nos separásemos de la UE, el spaxit que algunos sugieren ahora, perderíamos no solo capacidad de influencia, como Reino Unido, sino que probablemente añadiríamos un importante riesgo de convertirnos en un estado fallido. No olvidemos que el PSOE seguiría ahí, con su actual deriva peronista, y los M&M’s no ayudarían sino todo lo contrario, como hacen hoy con Venezuela, Cuba o Argentina. Tenemos el precedente de Zapatero en 2011, un país enfrentado y económicamente disfuncional.
El spaxit no resuelve ni el problema interno: la división entre españoles; ni el externo: la influencia de los M&M’s. No elimina los prejuicios enfermizos pero sí nos priva del beneficio del estabilidad que aportan las instituciones comunes europeas. No proporciona nada que no podamos conseguir dentro de la UE, solo nos quita lo que aporta.
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Así que mejor olvidar las reacciones autodestructivas y aprovechar que formamos parte de uno de los mejores lugares del mundo para vivir. España es un país grande, capaz de mantenerse firme en la denuncia y de enfrentarse a los dirigentes y estrategias manipuladoras. Sólo tememos que tener claro el objetivo: una saludable y grande Unión Europea.
No creo que hoy haya una estrategia mejor. Ni siquiera otra estrategia.
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Nota: Para quienes no diferencian entre las instituciones que nos defienden y los manipuladores que a veces se sientan en sus sillones. Quienes no ven que el TJUE es en realidad un apoyo al TS, al estar validando en la práctica su sentencia contra los golpistas. O que la UE una protección contra los nacionalistas, como lo es también la Constitución y las instituciones españolas, por algo quienes se oponen se autodenominan constitucionalistas.
A todos ellos les dedico este fabuloso fragmento de la película: Un hombre para la eternidad. Sobre la vida de Tomás Moro.
La democracia se basa en sus instituciones. Es el predominio de las reglas de juego frente al poder del populista. No tiene sentido pretender acabar con el cáncer matando al paciente. Por malos que sean algunos políticos, jueces, periodistas… el sistema se debe preservar y defender. Son los manipuladores quienes no deben caber en el sistema, no el sistema ser rechazado cada vez que algún manipulador logre poder.
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Fantástico artículo de aforo limitado. Cambiar la educación es todo un desafío. ¿Quién nos proteje de aquellos diablos que juran fidelidad al cumplimiento de la ley?. La ley debería de ser un contrapoder en sí misma y por ahora no lo es.
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Muchas gracias, es un placer,
Y lo comparto, la división entre poderes es valiosa. Ojalá se consiguiese una mayor aplicación.
Más aun cuando algún poder, como el mediático, está tan desequilibradamente, homogéneamente, a favor de un mismo bando.
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