El objetivo último de Feijóo: arrastrar al PP hacia el globalismo

La estrategia del PP en los últimos tiempos, desde que arrancó la campaña electoral, ha sido caótica, aparentemente absurda. Así que intentaré encontrar una explicación que le de coherencia, que permita entenderlo.

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Empezaré haciendo un poco de historia.

Cuando Rajoy cayó, en 2018, el PP tuvo la oportunidad de elegir nuevo líder. Las opciones fueron Casado, que representaba la voluntad de dar la batalla cultural, o Soraya, que representaba el sometimiento a la corrección política.

Venció Casado y apoyó a líderes como Ayuso en Madrid o Cayetana de Portavoz en el Congreso. El PP se mostraba dispuesto a dar la batalla de las ideas (feminismo, lenguas, clima…) y enfrentarse al nacionalismo.

Pero, sin previo aviso, poco a poco, Casado fue cambiando de posición. Y allá por el 2020 ya era claramente sorayista. En agosto 2020 destituyó a Cayetana como portavoz sustituyéndola por una correcta Gamarra. En 2022 se destapó un complot interno liderado por Casado contra Ayuso, de la mano del PSOE, con falsedades y probablemente con ilegalidades, una vergüenza absoluta. Es decir Casado en 2022 ya estaba más cercano a Sánchez que a Ayuso.

Entonces, en medio del caos general en el partido, es cuando se elige por aclamación a Feijóo. El bando parecía ser lo de menos. Aportaba un poco de solidez. Pero, claro, no es cierto que el bando no importe… si la lucha entre bandos era el verdadero motivo del caos.

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Una segunda introducción, por dar un nombre a los bandos en el PP.

Yo llamaría al bando de la corrección política el bando globalista. Ya que es son medios y organismos globales quienes marcan qué es correcto y qué no. Los temas sobre los que se aplica el pensamiento único y obligatorio del globalismo son ampliamente conocidos: alarmismo climático, feminismo, LGBT, antirracismo, multiculturalismo, inmigración…

Enfrente estaría el bando no globalista. Caracterizado por los partidos antiglobalistas, generalmente demonizados omo utra derecha: Trump, Meloni, Milei, Morawiecki, Bukele… con Vox como representante en España. Pero también podría incluir a partidos que desde una ideología menos marcada no hacen seguidismo total del globalismo. Ahí estarían los partidos como el gobernante Partido Moderado sueco que, sin declararse contrario al globalismo, no ha dudado en aliarse con el partido antiglobalista de los Demócratas de Suecia (demonizado como extrema derecha en la Wikipedia, claro)

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Así que vayamos ya a la cuestión central de esta entrada del blog, el objetivo de Feijóo.

La primera etapa de Feijóo resulta confusa. Se podía sospechar la cercanía al bando globalista por sus precedentes en Galicia (imposición del gallego, alineamiento con la Agenda 2030…). Pero el apoyo de Ayuso o la aceptación de pactos con Vox sugerían que también apoyo al bando no glogalista.

Las elecciones en Castilla y León (feb 2022) y Andalucía (jun 2022) volvían a llevarnos a la duda. Aceptación del pacto del PP con Vox en el primer caso pero declaración de la búsqueda del gobierno en solitario como objetivo en el segundo.

Finalmente la falta de definición se mantenía tras la autonómicas y municipales de mayo de 2023. Pactos en Valencia o Baleares pero no en Murcia.

Pero empezó a aparecer algo más. Las generales, inmediatamente después de las autonómicas, han mostrado mucho más. Probablemente más de lo que Feijóo deseaba mostrar.

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Tras el éxito en las autonómicas, se estableció un clima de victoria en el PP y sus afines. Así que se empezó a desplegar una estrategia más acorde con un «día después de la victoria» como con las sugerencias de quienes serían los ministros. Pero no sólo eso.

En medio de la campaña electoral, Feijóo empieza a darse muestras de cuál es el objetivo último. La elección de un socio regionalista en Cantabria en vez de Vox. La demonización de Vox como machista por parte de Guardiola, presidenta del PP Extremeño y de Sémper, portavoz del PP nacional. O las llamadas de Feijóo al acercamiento al PSOE.

Y son muestras del verdadero objetivo último porque son claramente contrarias al otro objetivo declarado: vencer al PSOE de Sánchez y sus aliados nacionalistas. Son contrarias por dos motivos muy evidentes:

• El primero, porque ese arrinconamiento de Vox implica erosionar a su único posible aliado, que además está en la zona de mayor rendimiento del voto. Tanto la abstención del electorado de Vox como el trasvase de su voto al PP erosionaban las posibilidades de victoria. Sólo hay que fijarse cómo apoyaba Sánchez a Sumar, en la misma posición respecto al PSOE que Vox respecto al PP.

• El segundo, porque para arrinconar a Vox se repiten los lemas de la izquierda. Es decir ¡Gran parte del PP dedico la última semana de la campaña electoral a apoyar los lemas de campaña de la izquierda! Se dice pronto.

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Lo que ya confirma la sospecha es no fue sólo durante la campaña. Por si esto fuera poco, tras una inesperada derrota del bloque PP-Vox, Feijóo mantiene la estrategia que les acaba de llevar al desastre.

Continúa con los mensajes de acercamiento a regionalistas y PSOE, comienza el cortejo de secesionistas como el PNV y mantiene la estrategia contra Vox (mesa del Congreso…).

Es decir, de nuevo no centra la estrategia en enfrentarse a Sánchez sino que mantiene el otro objetivo ahora cada vez más claro: Alejar al PP de Vox y acercarle a las posiciones del PSOE, regionalistas e incluso secesionistas de derechas.

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Todo eso me hace sospechar que al fin ha quedado a la vista cuál es el objetivo último de Feijóo. El principal. Y no es otro que arrastrar al PP hacia la posición globalista, por la puerta de atrás, sin declararlo abiertamente.

Es decir, tal y como entiendo yo lo que hay detrás de esta tendencia, Feijóo sería el encargado de conquistar el PP para el globalismo. Como Zapatero y Sánchez se encargaron antes de entregar el PSOE.

Acercamiento del PP al PSOE en todos los temas correctos, alianzas con PNV y Junts como las del PSOE a ERC y Bildu, colaboración en la demonización de los antiglobalistas….

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Ha quedado todo tan a la vista que imagino que Feijóo volverá a intentar taparse un poco, retomar la confusión y achacar lo visto a movimientos meramente tácticos. Que si se necesita el apoyo del PNV…

Pero espero que los dirigentes del PP no globalista hayan tomado nota y se estén preparando. Yo, por si acaso, seguiré votando a Vox, la única opción que me da confianza.

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