Por qué hemos reaccionado tan tarde al coronavirus

¿Por qué hemos reaccionado tan tarde al coronavirus? A mí, al menos, la respuesta me resulta evidente: por el excesivo partidismo de la clase política y mediática y la confusión social que siempre generan las ideologías frentistas.

El 8-M se vio claro. PSOE y Podemos, el Gobierno, estaban compitiendo entre ellos por liderar el feminismo de izquierda. Y de paso utilizarlo para excluir y arrinconar a Cs y PP y satanizar a Vox. Tan obsesionados con esa competición partidista… que no atendieron a sus responsabilidades.

Se dice pronto. Una irresponsabilidad tan grave debería poder hacer caer a un gobierno. No es que no se supiese, la agencia europea para la prevención de enfermedades había avisado días antes y las cifras de contagio y muerte eran ya importantes. Es que no se quería atender, había cosas más importantes para ellos en ese momento.

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Y se puede aprovechar esta situación para plantearnos también la diferencia entre tomar medidas de apoyo dirigidas a un colectivo con problemas y la colectivización de esos individuos para poder liderarlos, manipulándolos en beneficio propio. Es paradójico convocar una manifestación bajo el lema #NiUnaMenos a pesar de saber que iba a causar muchas muertes al agravar la epidemia. ¿Se primaba el apoyar a las mujeres o se las utilizaba para conseguir un objetivo partidista?

Y en ese aspecto tampoco se puede obviar la convocatoria de Vistalegre de Vox. De nuevo, quienes se erigen en salvadores únicos, esta vez de España, ciegan hasta el punto de ponernos en peligro cuando se trata de potenciar su propio liderazgo.

Pero la historia muestra que siempre es así. Quienes buscan liderar movimientos suelen ser peligrosos. Priorizan su liderazgo ante todo. No importa mucho si pretenden salvar a los pobres, a los nacionales, a las mujeres, a los LGTBI… cualquier buena causa puede ser pervertida por manipuladores que buscan el propio encumbramiento mediante la colectivización.

¿Y PP y Cs? También enfangados por la competición. En medio de esta contienda de manipuladores emocionales, apenas pueden atender y poner en valor las cuestiones prácticas. Teniendo que dedicar enormes cantidades de su atención a evitar quedar arrinconados o despreciados por los frentistas. Luchando por su hueco, para que no les cuelguen, a la vez, unos el sambenito de machistas y los otros el de antipatriotas. Este es el triste y autodestructivo tablero de juego de los partidos políticos hoy día.

El que propician los medios de comunicación al priorizar difundir interesadament los mensajes populistas y extremistas. Al no ejercer su función de información crítica y sí alinearse en un evidente partidismo mediático. La mediocracia, la orientación absolutamente partidista de las empresas mediáticas, es lo que nos arrastra esta situación.

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Habrá quién piense ¿no estoy haciendo yo aquí lo mismo? ¿no se debería evitar este tipo de crítica ahora que el gobierno ya ha reaccionado?

No, no se puede no reaccionar frente a los manipuladores. A los manipuladores hay que hacerles frente o seguirán hasta dominar. ¿Acaso no están empezando ya una nueva distorsión frentista? Pongo un ejemplo con otra distorsionada y perversa separación entre buenos (sólo lo público es bueno, y sólo lo defiende la izquierda) y malos (lo privado es malo, basado en la codicia, y el espíritu que alimenta a la derecha).

La respuesta adecuada pasa por evitar caer en las mismas distorsiones, en un frentismo de buenos y malos, de culpas y utopías, de justificaciones para alentar odios supuestamente correctos. Pero reaccionando, sin miedo a quedar mal ante las acusaciones de los manipuladores, sin cesiones innecesarias que los alimenten, con asertividad.

Por ejemplo, si pensamos que Sánchez está arrastrando al país a una etapa autodestructiva al aliarse con partidos populistas y extremistas asumiendo sus estrategias y discursos, se le podrá apoyar para que cambie. Pero no para afianzarlo en esta deriva manipuladora. Al igual que se puede pactar con Podemos o los partidos nacionalistas en aquello que no alimente su populismo, pero no en sus estrategias frentistas. Cerrar los ojos ante las manipulaciones nunca hace que desaparezcan. Alimentar las manipulaciones nunca hace que disminuyan, sino todo lo contrario.

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Para acabar, un poco de ánimo.

Hay un aforismo que dice algo así: si no estás preocupado, deberías preocuparte. Pero si ya estás preocupado, no necesitas preocuparte.

Yo, hasta hace un par de días, estaba preocupado por el virus. Porque no veía a los gobernantes preocuparse lo necesario. Ahora ya no estoy preocupado, aunque sí con temor a lo que esté por llegar, claro. Pero al menos la sociedad ya está reaccionado.

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Nota: Quienes envidian a China por su reacción contundente, no deberían olvidar que esa es una faceta de las dictaduras. Pero ni es la única faceta ni siempre se utiliza para bien.

Es de agradecer que esté ofreciendo ayuda. Y ojalá tengamos buena e intensa relación con ellos. Pero sin olvidar los riesgos que siempre acompañan a los regímenes manipuladores, a las dictaduras expansionistas.

Sobre guerras honorables y otras que no lo son

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P.S.1 (16 marzo 2020) Una gráfica que muestra la rápida propagación del virus en España una vez detectados los primeros contagios.

El Confidencial

P.S.2 (16 marzo 2020) Una muestra de que antes de que se desarrollasen las manifestaciones, mitines y espectáculos del 8-M, ya era incluso de dominio público que nos encontrábamos ante un riesgo importante. (el sábado 7 marzo se contabilizaban ya 450 contagios y 10 muertes)

P.S.3: (16 marzo 2020) Es también ya evidente que se necesitará tomar medidas relativas a la economía. Sólo hay que mirar las bolsas del mundo, que suelen anticipar las crisis.

¿Será capaz esta vez el gobierno de orillar el partidismo y priorizar las respuestas basadas en la eficacia y no en la propaganda ideológica?

P.S.4 (19 marzo 2020) La verdadera medida de la propagación del virus.

La tasa de mortalidad del virus en Alemania es del orden del 0,25% (2.000 casos y 28 muertos). En España del 4,5% (767 de 17.147) y en Italia de cerca del 8%.

Como esto es improbable que sea real, es demasiado dispar, imagino que lo más probable es que sencillamente en Alemania se estén haciendo más tests, a no estar saturados sus servicios médicos. Y por lo tanto su tasa sea la más real. Eso, sin tener en cuenta las carencias derivadas de la saturación de los servicios de atención sanitaria. Que, lamentablemente, seguro que han elevado algo nuestra tasa de mortalidad.

Sí eso fuese así, con una tasa real del orden del 0,25%, en España tendríamos actualmente del orden de 300.000 infectados. Bastaría con multiplicar por 400 el número de defunciones para tener una idea aproximada de rango en el que puede estar el número de contagiados.

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https://www.ft.com/content/a26fbf7e-48f8-11ea-aeb3-955839e06441

También implicaría que, a falta de avances en vacunas, medicamentos o tratamiento en general, estarían en riesgo, de la población total de España, de 46 millones, unas 100.000 personas mientras los servicios médicos no colapsen (de ahí la importancia de, al menos, aplanar la curva de contagios)

¡Quede claro! No tengo ni idea de si estos valores son reales o no. No soy médico ni nada parecido. Pero es la única manera que encuentro de explicarme la disparidad de tasas de mortalidad entre países. Desde los 0,2% de Alemania a los cerca del 7% de Italia, 35 veces mayor.

P.S.5 (20 marzo 2020) La cuenta de tuiter (Mereces saberlo @merece_saberlo) proporciona una tabla y gráfica actualizada.

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https://twitter.com/merece_saberlo/

5 comentarios sobre “Por qué hemos reaccionado tan tarde al coronavirus

  1. Ya sabemos que esos números son de todo menos cierto. Primero, porque Illa ha reconocido que si uno muere fuera del hospital, incluso aunque le hubieran diagnosticado el COVID-19, no se cuenta como muerto por «coronavirus». A ello se añade que están intentando que lo que figure es muerto «con» coronavirus y no muerto «por» coronavirus, lo que también variaría las estadísticas. Por último, desde luego que hay que considerar que China es una dictadura, incluido para considerar si sus datos «oficiales» son los que nos han hecho llegar o no.

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    1. Estoy de acuerdo. Ninguno de esos datos es de fiar. Pero es lo que tenemos y, aunque con pinzas, nos sirven para una primera aproximación. Y, en ese sentido, me fío más de los datos de fallecimientos que de los de contagios. Y más de los españoles que de los chinos.

      Me dan más confianza los alemanes. Porque están demostrando disponer de medios. Por ejemplo, al realizar tests masivos pueden tener una información de contagios más real. Y de defunciones. De ahí que tienda a pensar que la tasa de mortalidad más cercana a la realidad probablemente sea la que presente Alemania.

      Y por eso creo que lo mejor es utilizar esa tasa de mortalidad alemana para valorar de qué orden debe ser el contagio en España, haciendo un calculo inverso a partir de las defunciones (que probablemente sean del orden del doble de las oficiales).

      Unos cálculos muy tristes.

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