
Así como el magnífico libro de Manuel Bonilla Sauras, «Los amos del PSOE», me permitió entender el origen ideológico de los actuales globalistas, basado en el Socialismo Fabiano. Otro gran libro me está permitiendo ligar esa ideología al poder económico: «La trilogía de Wall Street» de Antony Sutton.
Podríamos decir que son los dos grandes orígenes de los actuales Globalistas, el ideológico (Sociedad Fabiana) y el financiero (Rockefeller, Morgan…). Así que dedicaré unas líneas a las ideas que aporta Sutton.
El libro de Sutton se compone de tres grandes bloques (tres libros en realidad) que se pueden encuadrar en la primera mitad del siglo XX. Uno dedicado al apoyo del poder financiero de Wall Street a las distintas revoluciones socialistas de inicio del siglo XX. Otro dedicado a analizar la figura de Franklin Delano Roosevelt (FDR en adelante), un importante representante de los dirigentes al servicio de este poder financiero. Y por último una tercera parte dedicada a la influencia de los globalistas en el crecimiento del fascismo y nacionalsocialismo.
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Wall Street y la Revolución Bolchevique
(inicios del XX)

Este primer libro identifica los actores, principalmente John D. Rockefeller y J.P. Morgan y los muchos políticos a su servicio, como, por ejemplo, Teddy Roosevelt, primo lejano de FDR.
Su principal sede, el Equitable Life Building (vida equitativa, casi parece sarcasmo viniendo de Wall Street, pero es justo su juego, el engaño socialista) en el 120 de Broadway, el Distrito Financiero de Lower Manhattan.

Y su principal objetivo: una vez conseguido el poder empresarial, evitar la competencia promoviendo los monopolios. Para lo que necesitaban el apoyo del estado que, mediante un abuso de las reglamentaciones, se encargue de manipular las reglas de juego constantemente a su favor. Es decir, necesitaban controlar la clase política y desplegar una ideología que favorezca la aceptación social de un control político de la economía.
Así es como el poder financiero de Wall Street engarza con la Sociedad Fabiana, promotora del Socialismo Fabiano y cercana al poder financiero británico de los Rothschild. Pero esta ligazón, que tan claramente presenta Manuel Bonilla en su libro de 1986, no resulta especialmente importante para Sutton en1976 aunque también la ve presente. Podríamos decir que, analizando lo mismo, Bonilla enfoca en la Sociedad Fabiana y Sutton en el poder financiero estadounidense.
Los magnates financieros cambian la estrategia de sus corporaciones industriales. Pasan a evitar la competencia a través del producto o el servicio que aportan y se especializan en mantenerse y crecer a través de la influencia política. Se vuelven expertos en manipulación política.
La trama es luego clara: el apoyo económico de estos personajes a las distintas revoluciones socialistas. La revolución rusa en 1917, apoyando a bolcheviques y muy en especial a Trotsky. La mejicana (1911), apoyando con armas a Zapata. O la China de 1911-12.
Para que no haya dudas sobre la toma de partido. En Rusia había tres bandos. El Blanco, el monárquico, que recibió un cierto apoyo económico de Wall Street. El Rojo, de bolcheviques y mencheviques, que recibió el grueso del apoyo económico y de propaganda, tanto antes como durante y después de la revolución. Y el Verde, partidario de una revolución democrática que, a pesar de ser inicialmente mayor que el rojo, nunca recibió apoyo. Es decir, no es que apostasen a todos los caballos. Aunque guardasen la ropa manteniendo la relación con los blancos, su bando era el rojo.
Su conclusión también: la dicotomía capitalismo vs socialismo es totalmente falsa. Hay una parte muy importante del entorno capitalista a la que le interesa el socialismo como herramienta de control social, de forma que se acepte la intervención estatal con regulaciones que protegen sus monopolios frente a la competencia. La verdadera oposición es entre libre mercado y mercado controlado, defendiendo esto último tanto los socialistas como la oligarquía capitalista.
Claramente, el escudo de la Sociedad Fabiana les iba como anillo al dedo: lobos con piel de cordero, financieros disfrazados de defensores de la equidad y el bien social.

Por último, me gustaría resaltar que este primer libro tiene un anexo final titulado «La teoría de la conspiración judía de la revolución bolchevique». Su conclusión es que esta teoría, apoyada en que la lista de judíos que tuvieron un papel importante en la revolución es alta, no soporta sin embargo un enfoque científico [Sutton es profesor de economía y doctor en ciencias]. Dado que los judíos, en proporción, son menos de un 20% y tras la revolución en su mayoría fueron deportados, asesinados o enviados a Siberia tras la revolución, que en realidad mantuvo el antisemitismo zarista.
De hecho, Sutter no descarta que se haya aprovechado intencionadamente el coco medieval del antisemitismo para desviar la atención de los verdaderos operadores.
En mi opinión, podríamos aprovechar este anexo para descartar la teoría de la conspiración judía para explicar el poder globalista actual. De nuevo, no tiene base real ante un globalismo que es claramente anti-israelí.
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Wall Street y Franklin D. Roosevelt
(segundo cuarto del siglo XX)
Este bloque describe el entorno de familias que manejan el poder político estadounidense y cómo FDR [1933-1945] encaja perfectamente en él: es un eficaz buscador de apoyos y un engranaje de transmisión del poder financiero al político.
Vale la pena resaltar las citas (en su mayor parte cartas del propio FDR) que encabezan los distintos capítulos para hacernos una idea de las distintas facetas.
La de sus tejemanejes para aprovechar las conexiones políticas para sus negocios o los de sus amigos:
«Voy a aprovechar nuestra vieja amistad y pedirte si puedes ayudarme a conseguir garantías y contratos de las autoridades de Brooklyn».
FDR al congresista J. A. Maher en 1922.
De su aceptación del poder financiero como poder máximo, al que se somete el político.
«La verdad es que, como usted y yo sabemos, el poder financiero de los principales centros urbanos ha controlado el gobierno desde los días de Andrew Jackson [1829-1837], y la administración de W.W. [Woodrow Wilson, 1913-1921] no es una excepción. El país está experimentando una repetición de la lucha de Jackson con el Banco de los Estados Unidos, sólo que esta vez sobre una base mucho mayor».
Del Presidente FDR al Coronel Edward Mandell House en 1933.
Las terribles consecuencias de algunos de sus negocios. No olvidemos que la inflación a veces es denominado como el impuesto al pobre, ya que le expolia cuando parece que no se le puede exprimir más.
Sutton aporta también una gráfica para que podamos valorar la magnitud de desastre.
«Uno de los aspectos moralmente más perjudiciales de la inflación has sido el saqueo de Alemania que se produjo en el momento álgido de la misma [1923]. Quien poseía dólares o libras esterlinas era el rey en Alemania. Unos pocos dólares americanos permitían a un hombre vivir como un millonario. Los extranjeros acudieron en masa al país, comprando tesoros familiares, fincas, joyas y obras de arte a precios increíblemente bajos.
Marjori Palmer, 1918-1923 German Hyperinflation.

Su hipocresía. Justificando sus reglas partidistas como protección… frente a lo que él mismo hace.
«Las puntadas de nuestras leyes bancarias se han tejido tan flojamente que permiten a estos viles delincuentes, que dilapidan los fondos de cientos de pequeños depositantes en una especulación temeraria con fines privados, dedicarse a su actividad depredadora sin freno. Hay que revisar toda la ley bancaria y el departamento bancario necesita inmediatamente medios de inspección mucho más adecuados»
FDR, mensaje anual a la legislatura del Estado de Nueva York, enero de 1930.
De casta le viene al galgo.
«Sea cual sea el partido que gane, los tiranos o demagogos son los más seguros para ocupar los cargos»
Congresista Clinton Roosevelt de Nueva York, 1841.
Una vez presentado el personaje, FDR, este segundo libro se centra en su papel fundamental como agente del poder financiero de Wall Street.
En marzo de 1933 es aupado a la presidencia de EEUU con el apoyo económico de esta oligarquía financiera y desde ahí promueve el llamado New Deal. Desde la N.R.A. (National Recovery Administration), creada el junio de ese mismo año, empieza a desplegar unos mecanismos de control de las distintas industrias: control de precios, de salarios mínimos, de horas de trabajo, exigencia de licencias (que el presidente podrá revocar), eliminación de las leyes anti monopolio…
Es decir, comienza a implantar un sistema de planificación de la economía que es aplaudido por los socialistas americanos de la época, quienes tan sólo critican que el mando último estuviese en las corporaciones, con respaldo del estado, y no directamente en el estado. Es decir, mismo sistema pero cuestionan quién manda en última instancia, si una oligarquía de políticos o de financieros.
Afortunadamente, este sistema generó innumerables quejas por opresión (66 en la industria del hierro y acero, 47 en la banca de inversión, 60 en la industria del aceite…) y en 1935 la Corte Suprema de EEUU determinó que la NIRA (National Industrial Recovery Act) vulneraba la separación de poderes dispuesta en la Constitución. Tras lo cual fue suspendida por el propio Roosevelt (aunque muchas de sus normas siguen vigentes).
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Wall Street y el ascenso de Hitler
(segundo cuarto del siglo XX)
Este libro detalla como los grandes financieros de Wall Street, los JP Morgan, Rockefeller y Warburg mantuvieron cercanía ideológica, financiaron y dieron soporte a Hitler desde los años veinte. Interviniendo incluso algunos de los personajes protagonistas de la financiación de los bolcheviques, lo que deja claro que no es cierto que se hiciese como defensa frente al comunismo sino como otra variante de lo mismo.
Pero, más allá del apoyo ideológico o la financiación para llevar a Hitler al poder, el gran apoyo se hace a través de las grandes empresas, que posibilitan sus operaciones de conquista:
- El gran complejo químico alemán I.G.Farben, montado con el apoyo de los Warburg.
- La General Electric de los Morgan que, además de electrificar la Unión Soviética en los años 20-30, se encargó de montar el cartel eléctrico en Alemania con la AEG (General Electric Alemana).
- Standard Oil de Rockefeller, facilitando a Alemania el know-how sobre el caucho sintético y el plomo etílico (gasolina especial necesaria para evitar explosiones en la aviación) y el establecimiento de la DAPAG, petrolera germano-americana.
- ITT, compañía creada por Sosthenes Behn pero pronto respaldada por JP Morgan, que con el tiempo se convirtió en la International Standard Electric. Proporcionando comunicaciones, equipos electrónicos e incluso aviones de guerra a través de la Focke-Wolfe.
- Esta vez, participó también Henry Ford, quien con anterioridad se había enfrentado al control de los Morgan y Rockefeller. Una nota de color, tras su escritorio, Hitler tenía un gran retrato de Ford, hasta ese punto eran uña y carne.
Todas estas empresas no sólo posibilitaron que Hitler arrancase su guerra de conquista ¡Se mantuvieron hasta 1944, permitiéndole mantener la guerra!
Es más ¡No sufrieron los bombardeos de los aliados!
Es decir, como resaltó el periodista Anthony Sampson:
«Así, mientras los aviones Focke-Wolfe de I.T.T. bombardeaban los barcos aliados y las líneas I.T.T. transmitían información a los submarinos alemanes, los radiogoniómetros de I.T.T. salvaban a otros barcos de los torpedos».
Podría incluir muchos otros de los datos sobre la colaboración entre Wall Street y Hitler. Pero no creo que sea necesario. La idea ya está clara.
Si acaso una anécdota ilustrativa. Tanto Roosevelt como Hitler llegaron al poder en marzo de 1933, el New Deal tiene grandes similitudes con el programa económico nazi, y parece ser que una persona hacía de enlace entre ellos, Ernst Sedgewiek Hanfstaengl, conocido como Putzi, de familia germano-estadounidense, formado entre Baviera y Harvard. Un enlace que formó parte del núcleo más cercano a Hitler hasta 1941, año de entrada de EEUU en la guerra. La anécdota: Putzi sostenía que la génesis del cántico nazi «Sieg Heil, Sieg Heil», utilizado en los mítines de masas nazis, no era otra que «Harvard, Harvard, Harvard, rah, rah, rah». Lo dicho, uña y carne.
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Conclusiones
Este libro identifica tres acontecimientos históricos en los que el centro de poder político de EEUU está basado el establishment finaciero de Nueva York, en los banqueros internacionales, concretamente las casas financieras J.P. Morgan, el Chase Manhattan Bank controlado por los Rockefeller y en los primeros tiempos por los Walburg.
Su conclusión es que a los banqueros internacionales les interesa pecuniariamente centralizar el poder político para poder manejarlo en su beneficio y para ello la manera por la que optan es la creación de sociedades colectivistas como la Rusia socialista, la Alemania nacionalsocialista o unos EEUU socialistas bajo la planificación de la Sociedad Fabiana al estilo New Deal. de FDR.
Esta élite financiera controla a los dos partidos políticos estadounidenses. A la Reserva Federal (FED), organismo público-privado ajeno al control del Congreso que ejerce en la práctica un control monopolista sobre la economía. Controla la línea editorial de las empresas de comunicación a través del control accionarial de las principales cabeceras. Controla a través de fundaciones la investigación y a las instituciones académicas… Es decir, esta supuesta élite financiera opera en realidad como una fuerza subversiva que atenta contra la Constitución y el funcionamiento de una sociedad libre. Y no tiene escrúpulos, no les frenaron los millones de muertos por los asesinatos comunistas o nazis.
Concluye el libro:
¿Cuándo dejará de hacerlo? No se detendrá hasta que actuemos según un simple axioma: el sistema de poder sólo continúa mientras la gente lo quiera, sólo continuará mientra la gente intente conseguir algo a cambio de nada.
El atractivo para seguir a las élites de poder se basa en conseguir algo a cambio de nada; pero ese algo se lo quita a otro, en forma de impuestos o saqueo, y se lo da a uno a cambio de apoyo político.
Las crisis periódicas y las guerras se utilizan para alimentar nuevos ciclos de saqueo y recompensa que en la práctica aprietan un lazo sobre nuestras libertades individuales. Y tendremos hordas de gusanos académicos, empresarios amorales y simples parásitos que son beneficiarios improductivos del saqueo generalizado.
La matanza y el saqueo no cesarán hasta que una mayoría encuentre el valor moral y la fuerza interior para rechazar el juego de la estafa y sustituirlo por asociaciones voluntarias, comunas voluntarias o sociedades locales descentralizadas.
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Nota personal
Quizá no coincido plenamente con la solución propuesta. No en vano el libro es de 1978 y nada se ha solucionado. Pero sí creo que el diagnóstico es acertado e importante.
En su día, políticos como Reagan y Thatcher se enfrentaron a esta ideología colectivista que sostiene en el poder a la oligarquía financiera. Quizá no sea casualidad que ambos sufriesen atentados, afortunadamente fallidos. Y se produjeron beneficios con sus victorias, prosperidad y expansión de las libertades (la caída de la URSS es un ejemplo). Es decir, se puede vencer a la oligarquía financiera globalista desde la política. Pero la experiencia nos muestra que no basta con vencerlos, puesto que seguirán intrigando para recuperar el poder absoluto.
Hoy día nos encontramos en una situación que recuerda a la reacción de Reagan. Con Trump enfrentándose al poder globalista tras un atentado fallido y varios intentos más.
Y un mal que se expande a través de las llamadas agendas globalistas de inmigración masiva y descontrolada, alarmismo climático, ideologías identitarias woke que colectivizan y enfrentan a la sociedad, apoyo al islamismo, el comunismo iberoamericano y a la dictadura china…
Una reacción que se expande también globalmente a través de partidos patriotas en América (Bukele, Milei…) y Europa (Meloni, Le Pen, Weidel, Farage, Orbán, Kaczynski o Abascal en España).
¿Pueden vencer los partidos patriotas al control de la oligarquía globalista? Yo pienso que sí. De hecho crecen sin parar y ya ganó antes Reagan. Pero hay algo importante que antes no se consiguió y tiene que ser prioritario esta vez: es importante que la derrota de la oligarquía globalista sea permanente. No basta con vencerlos, hay que establecer un sistema que garantice el equilibrio de poderes y las libertades en el futuro.
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P.S.1 (23 de agosto de 2025): Una cita interesante sobre el control de los medios (Trilogía de Wall Street, CAPÍTULO 10: FDR; El hombre del caballo blanco):
Por ejemplo, en 1917, el congresista Callaway insertó en el Registro del Congreso la siguiente crítica devastadora al control de la prensa por parte de Morgan:
Señor Callaway. Señor Presidente, por consentimiento unánime, inserto en el Registro en este punto una declaración que muestra la combinación de periódicos, lo que explica su actividad en este asunto bélico, que acaba de ser discutido por el caballero de Pensilvania (Sr. Moore):
En marzo de 1915, los intereses de J.P. Morgan, los intereses del acero, la construcción naval y la pólvora, y sus organizaciones subsidiarias, reunieron a 12 hombres de alto rango en el mundo periodístico y los emplearon para seleccionar los periódicos más influyentes de Estados Unidos y un número suficiente de ellos para controlar en general la política de la prensa diaria del país.
Estos 12 hombres resolvieron el problema seleccionando 179 periódicos y luego comenzaron un proceso de eliminación para retener solo los necesarios para controlar la política general de la prensa diaria en todo el país. Descubrieron que solo era necesario adquirir el control de 25 de los periódicos más importantes. Se acordó la adquisición de los 25 periódicos; se enviaron emisarios para adquirir la política nacional e internacional de estos periódicos; se llegó a un acuerdo; se adquirió la política de los periódicos, que se pagaría mensualmente; se designó un editor para cada periódico para supervisar y editar adecuadamente la información sobre cuestiones de preparación, militarismo, políticas financieras y otros asuntos nacionales e internacionales considerados vitales para los intereses de los compradores.
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P.S.1 (25 oct 2025) Una imagen que ayuda a entender el sentido de la ideología globalista.
La clase más alta en un entorno capitalista siempre se ve acosada por la competencia de la clases inferiores, que intentan sustituirles en el vértice. El socialismo, con su control político total por parte de la dirección, desmonta esa competencia. Haciendo que la clase más alta sea estable, permanente. Ese es el verdadero objetivo globalista, una ideología promovida por la clase más alta, el poder financiero máximo, para mantenerse arriba.


muy interesante Carlos!!
Gracias
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Gracias a ti también. 😉
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