Emociologías, hinchadas y manipuladores

Mi interés por la política siempre ha estado relacionado con la faceta de la manipulación emocional. Hasta el punto que pienso que un enfoque psicológico-emocional es la gran asignatura pendiente a día de hoy en política.

No voy tan lejos como Asimov con su psicohistoria, pero tampoco pretendo que sea ficción.

/*/

Empecé mis blogs centrándome en el enganche emocional de las ideologías. Hasta inventé un término, emociologías, para referirme a las estructuras de ideas que aparentan ser racionales (una ideología) pero que en realidad son básicamente composiciones de ideas emocionales orientadas a la manipulación.

Estructuras de pensamiento que se despliegan utilizando lo que los psicólogos denominan distorsiones cognitivas. Como son el planteamiento dicotómico del tipo buenos y malos o éxito y fracaso, sobre-generalización a partir de hechos singulares, personalización en individuos o grupos sociales, catastrofismo…

Entrarían en esta clasificación algunas ideologías políticas habituales como son el nacionalismo, islamismo (que no el Islam), ecologismo alarmista o colectivizaciones como el feminismo radical o el anti-racismo BLM.

/*/

Otra tema que también me ha interesado es la faceta de hinchada de los seguidores en política. Una idea que he leído a Harari en Sapiens puede servir para entenderlo. Considera Harari que la ventaja evolutiva del Homo sapiens está la incorporación de la creencia grupal de ideas, de ficciones. Una arma de doble filo que lo mismo nos arrastra al abismo como nos permite aglutinar voluntades frente a competidores.

Estaría por lo tanto en nuestros genes el comportarnos de forma más emocional que racional cuando formamos parte de una multitud o incluso como grupo social. De ahí que los medios sean el cuarto poder, ya que son quienes pueden tanto apoyar nuestra racionalidad como arrastrarnos hacía un comportamiento tribal cuando no son mínimamente plurales.

/*/

En esta entrada del blog incorporaré otro elemento que aún no he tocado, el de los dirigentes políticos manipuladores.

Casi todas las personas nos cruzamos en algunos momentos de la vida con gente manipuladora de la que nos defendemos con mejor o peor suerte. Gente que nos hace sentir miedo, inferioridad o culpa para colocarse en una posición de superioridad y manejarnos a su voluntad.

A este tipo de personas se la suele analizar a partir de lo que la psicología denomina como la tríada oscura de la personalidad: narcisismo, psicopatía y maquiavelismo.

En el manipulador no siempre están presentes las tres facetas, pero es especialmente destructivo cuando lo están. Ya que son extremadamente egoístas, piensan tan sólo en sí mismos y su beneficio (narcisismo). Carecen de empatía y no dudan en saltarse cualquier principio ético para conseguir hasta el más nimio objetivo (psicopatía). Y son capaces de maquinar constantemente, fingiendo y mintiendo para disimular su verdadero ser e intenciones (maquiavelismo).

Evidentemente no todos los políticos son manipuladores. Pero también es claro que la política es una opción muy atractiva para los grandes manipuladores. No vendría mal encontrar mecanismos de protección frente a ellos, pueden arrastrar a la sociedad al desastre.

/***/

Deja un comentario