Los vínculos que nos unen

Hay mil características que nos unen a los españoles. Desde el sentido del humor hasta la manera de ser, la forma de trabajar, costumbres, aficiones… Nos une también, por supuesto, una intrincada red de lazos personales de todo tipo: familiares, de amistad, laborales… Y, como no, una organización social derivada de centenares de años de unidad; desde la lengua hasta la historia, simbología, estructura administrativa..

The Ties That Bind – Bruce Springsteen
(mala calidad… pero vale la pena)

Esta realidad nos resulta tan evidente a la mayoría de los españoles, que las estrategias separatistas se encuentran naturalmente con el rechazo del electorado. De ahí el fracaso de los independentistas. En el ámbito en el que nuestra Constitución marca que reside la soberanía, no logran el apoyo necesario para sacar adelante sus proyectos de secesión.

Y es también el motivo por el que el Comité Federal del PSOE intentó frenar en su día a Sánchez a pesar de ser su Secretario General. Porque intentar llegar al poder asociándose a unos independentistas en plena estrategia de secesión iba contra el sentir mayoritario. Solo se puede hacer pervirtiendo el sentido de la representatividad en la democracia.

Pero en política existen muchos trucos y mecanismos para que unos pocos consigan imponer su voluntad en contra del sentir general. Y así, a través de unas primarias de militantes, Sánchez se hizo con el control total del PSOE. Para luego. mediante una moción de censura, hacerse con el Gobierno de España. De esta forma, una estrategia que colabora con el secesionismo y que apenas apoyaría un tercio de la sociedad, nacionalistas e izquierda filonacionalista, ha conseguido salir adelante. Utilizando como argamasa para esa unión un relato de oposición común a la derecha española. Unos por ser derecha, los otros por española.

Pero claro. Eso es una perversión política. Es apoyarse en una mayoría para ir en contra de esa mayoría. Algo que genera rechazo y es difícil de mantener. De ahí la necesidad de arrancar estrategias que dividan a la sociedad. Dicen que Dios ciega a quien quiere perder y así los políticos que van contra la voluntad general necesitan cegar a la sociedad con pasiones que la enfrenten. Nada ciega tanto como el ardor guerrero.

Franquismo, machismo, racismo… ¿qué tiene todo esto que ver con la realidad española de hoy? Nada realmente. Son solo temas que se distorsionan y llevan a las portadas de la actualidad para excitar el enfrentamiento. Dios ciega a quien quiere perder. Los políticos nos ciegan con pasiones para engañarnos.

Habrá quien alegue ¿acaso la derecha no calienta también pasiones en su enfrentamiento con el nacionalismo? Y sí, sí que lo hace. Pero es que las pasiones no son necesariamente negativas. La derecha no las está usando para provocar un enfrentamiento sino para defenderse de un ataque real de los partidos nacionalistas. El Procés es una agresión auténtica a la sociedad española, de ahí que estén ante los jueces. No es victimismo, es usar las emociones para lo que están, para movilizar, no para engañar.

El problema en política no son las pasiones. Es su uso pervertido, utilizarlas para cegar a la sociedad y enfrentarla contra enemigos imaginarios. Da igual que sea contra una imaginaria España franquista que oprime a los catalanes que contra una supuesta derecha trifálica que oprime a las mujeres.

¿No cabe entonces la diferencia entre partidos? ¿Acaso solo se puede ser de derechas? Obviamente no es así, por supuesto que cabe la diferencia. Se puede ser partidario de más o menos Estado o impuestos. Apostar por más reparto hoy a costa de un menor crecimiento o de más crecimiento a costa de menor reparto hoy. Pero eso son opiniones y opciones. Y una opinión, aunque sea muy firme, no implica división y fractura social. Es solo sana diferencia.

Hay políticos que unen, políticos que enfrentan y, entremedias un montón de políticos con opiniones diferentes pero que no viven de enfrentar aunque a veces lo hagan, que esto no va de pureza. Así que en la campaña actual no deberíamos dejarnos enredar por provocaciones de franquismo, fascismo, machismo… Sánchez está siguiendo la estrategia de la división y el resto de partidos deberían sacarlo a la luz. Resaltar que eso es así. No seguir su juego de provocaciones sino transmitir el relato de la unión. Explicando que la política debe ser una forma de colaboración, convivencia y crecimiento y que para ello hay que rechazar a quienes dividen inventando falsos enemigos.

P.S.: Oigo a quienes dicen que si Cs tuviese suficientes escaños Sánchez podría aliarse con ellos en vez de con Podemos y nacionalistas. Oigo a otros que si el PSOE consiguiese mayoría absoluta entonces haría una política saludable dejando de lado la colaboración con los secesionistas. Y creo que se equivocan.

Es solo una sospecha, claro, pero creo que ese no es el cuadro. Creo que Sánchez no ha conseguido su posición por su valía personal sino por sus apoyos. Y le apoyan para que alimente la desunión. Como hicieron con Zapatero, un antecesor de Sánchez en el mismo papel. Personas sin especial valía que son aupadas al poder máximo.

Y solo hay que ver a Zapatero ahora con Venezuela. Sigue apoyando la causa anti-EEUU aunque aparentemente ya no lo necesite. Está para lo que le pusieron, sirve a quien sirve.

3 comentarios sobre “Los vínculos que nos unen

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