PP y PSOE, siervos que compiten entre si

En las últimas semanas hemos visto varias noticias aparentemente contradictorias.

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Por un lado la colaboración de Populares y Socialistas. Ahí está, por ejemplo, la formación de la Comisión Europea. O la participación de Feijóo en un mitin de UGT, el sindicato asociado al PSOE. Por no ir más atrás, a la formación del TC o el CGPJ.

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Por otro lado el enfrentamiento entre ellos, llegando incluso al delito. Como con la revelación de secretos para erosionar al Gobierno de Ayuso o un probable delito de homicidio imprudente y omisión del socorro ante la riada de Valencia y Albacete para erosionar al Gobierno de Mazón. Una tragedia en la que también se percibe el enfrentamiento del PP hacia el PSOE en la desastrosa actuación del Gobierno de Mazón, más preocupado por Sánchez que por la eficacia.

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Por último, la coincidencia de ambos en todo lo relativo a las agendas globalistas.

Inmigración. Con colaboración de PP y PSOE en una regularización masiva o en la atención a menores, lo sean o no. Ignorando por completo realidades como el efecto llamada, la inseguridad y violencia asociadas a la inmigración descontrolada o el silencio ante el despliegue de una estrategia de fronteras abiertas que nadie ha votado.

Agenda climática. Como por ejemplo con las Zonas de Bajas Emisiones que hacen que muchos ciudadanos pierdan su coche, la falta de medidas se seguridad ante fenómenos climáticos (como se ha visto con las riadas), el apoyo a regímenes como el de Putin al depender de su gas en vez de, por ejemplo, del fracking o la nuclear o empobrecimiento general con el aumento del coste energético y la destrucción de actividad agrícola. Ambos partidos coinciden en el asombroso apoyo a estas medidas autodestructivas.

Ideologías identitarias woke. Feminismo anti igualitario, campañas de propaganda LGBT a menores o el despliegue general de unas etiquetas divisivas denostando a todo aquel que se oponga a las agendas globalistas calificándolos de machistas, homófobos, racistas o ultraderechistas. Una variante de manipulación social muy similar a la antigua lucha de clases que podríamos de denominar como lucha de colectivos.

Adoctrinamiento lingüístico. El uso de las lenguas para fomentar la diferenciación entre territorios, algo que tanto hacen los nacionalistas como PP y PSOE. Lo mismo puede verse en Cataluña como en Baleares o Galicia ¡Incluso están queriendo arrancarlo en Asturias!

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Ante esta aparente contradicción, creo que la imagen de los gladiadores puede resultar reveladora. Los gladiadores eran a la vez súbditos del César y colaboraban con su estrategia de control social a través de pan y circo. Aunque luciesen distintivos de colores diferenciados y compitiesen a muerte entre ellos.

PP y PSOE juegan un papel similar al de los gladiadores. Al servicio de sus jefes últimos, su César, ese poder financiero, mediático, académico y político al que a día de hoy se nombra como los Globalistas. Un grupo de poder que maneja a sus mercenarios para que desplieguen ante el electorado ese teatro de enfrentamiento y sin que por ello dejen de colaborar siempre que sea necesario para mantener el control entre ambos y desplegar las agendas.

Creo que la metáfora de los gladiadores es útil para entender la estrategia Globalista. Incluso mejor que la habitual del poli bueno y el poli malo.

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Y, claro, la metáfora tiene corolario: No se puede servir a dos señores. Quienes sirven como gladiadores al César globalista no sirven a la ciudadanía.

Eso explica que nuestros dirigentes sean cada vez más políticos hipócritas, abiertamente mentirosos. Manipuladores que intentan transformar a la ciudadanía en hinchadas deportivas. Así nos va: Dirigentes sin escrúpulos y pan y circo para colectivizar al pueblo.

Contra esto han nacido los partidos llamados Patriotas. Trump, Bukele, Milei, Meloni, Orbán, Le Pen, Farage… o Abascal en España. La verdadera resistencia frente a los Globalistas, a diferencia del teatro que despliegan partidos como el PP o el PSOE.

Esa es la verdadera batalla en la actualidad: Entre partidos de obediencia Globalista y partidos Patriotas, de defensa de la democracia. Porque las naciones democráticas son el único lugar en el que reside la democracia.

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Y un último corolario: Para frenar a los Sánchez antes habrá que frenar a los Feijóo. Como Trump venció primero a los RINOs de su partido para luego derrotar al Partido Demócrata. O como Milei venció a Macri para poder oponerse al kirchnerismo globalista.

No hay solución mientras gobiernen partidos sumisos ante la manipulación globalista. El PP nunca acabará con el PSOE, como Macri no acabó con el kirchnerismo. Aunque gobernase no cambiaría nada y tras ellos siempre vendría un nuevo Zapatero, un nuevo Sánchez. Por eso lo primero es conseguir que Vox supere al PP. Es la única manera de vencer de verdad al PSOE y salir de la actual senda de auto destrucción globalista.

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