He empezado a leer «La deriva reaccionaria de la izquierda», de Félix Ovejero. Tras 40 páginas, lamento no estar haciendo mi habitual esquema. Es bueno. Y, al menos de momento, ameno. Quizá lo haga.
Lo que cuenta es real y lo ordena muy bien. Voluntarismo, miopía, perfecionismo paralizador y sentimentalismo para hacer retroceder a la izquierda a una etapa adolescente, previa a la madurez liberadora de la razón.
Creo que él ve la izquierda como si fuese un equivalente a ilustración. Más liberalismo que lucha de clases. Más racionalismo que secta, que emociología. Y se está encontrando con que la izquierda, que siempre tuvo ambas facetas, va perdiendo la cabeza y crece sobre el prejuicio.
Probablemente, el problema de la izquierda provenga de que no es cierta esa dicotomía izquierda ilustrada vs derecha reaccionaria. La derecha no es sólo carlismo, también ha tenido siempre una faceta liberal. Y cuando la izquierda empezó a constatar que con la razón ya no ganaba nunca… abrazó la posverdad y derivó en tribu.
Política de garaje 