Manipulación puritana

¿Siente usted odio a Orbán, Trump, Johnson o Aznar por su machismo, homofobia, racismo o franquismo sin saber realmente en qué actos concretos se apoya esa emoción?

¿Siente sin embargo tan solo un desapegado desdén, desde la superioridad moral, hacia Maduro, los Castro, Iglesias, Junqueras, Otegi o Hamás, a pesar de saber que tienen crímenes probados?

¿Le parecen inaceptables los casos de corrupción del PP pero es indiferente en la práctica ante los casos de corrupción de dirigentes de otros partidos?

¿Le preocupa con gran intensidad emocional el calentamiento global, el machismo, la homofobia, la corrupción o el racismo en EEUU, Israel, Colombia o España pero no lo siente con la misma intensidad cuando esos mismos males se refieren a Centroeuropa, Irán, Venezuela, Cuba o China?

Si es así, está usted sufriendo una manipulación basada en las siguientes distorsiones cognitivas:

• Puritanismo ético (extremando la emoción asociada a algunas cuestiones éticas concretas)
• Doble vara de medir (magnificación y minimización) apoyada en un control casi monopolístico de los medios de comunicación. Una doble vara que se aplica de dos maneras:
  • En la elección de los temas. Por ejemplo ensalzando el rechazo a la homofobia a la vez que se silencia el rechazo al adoctrinamiento. Es evidente que se podría hacer al revés, como de hecho intentan algunos de quienes se les oponen. Promoviendo un puritanismo similar pero opuesto, magnificando la defensa frene al adoctrinamiento y minimizando la necesidad de defenderse de la homofobia.
  • En la aplicación de la exigencia moral. Repugna la corrupción o el machismo de los contrincantes, pero se pasa de puntillas ante la de los aliados. Esta doble vara es fácil de valorar. Por ejemplo, basta con comparar los minutos en televisión para los casos de corrupción por delitos similares cuando son del PP del PSOE o nacionalistas.
• Organizaciones con doble juego, ético y partidista. BLM, antifa…
• Pretensión de superioridad moral (supremacismo)
• Generación de odios correctos (demonización, apoyada en el espontáneo sesgo confirmatorio una vez instalado el prejuicio)

El mecanismo es en realidad sencillo, pero no por ello deja de ser difícil escapar de la trampa, ya que se apoya en una machacona propaganda mediática. Y, ya se sabe, el cerebro emocional, basado en pensamientos automáticos previos al análisis racional, es muy sensible a la propaganda emocional.

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Puritanismo y doble vara de medir

Estos serían los pasos:

• Puritanismo que eleva la exigencia hasta lo imposible de cumplir. No basta con ser puro, además hay que parecerlo.
• Doble vara de medir, aplicando esta exigencia con intolerancia pero sólo contra aquellos a los que se quiere atacar. Con los afines o no se enfoca o, si es imposible evitar el foco, se pide generosa clemencia.

Primero se ensalza un valor ya mayoritariamente compartido para utilizarlo de forma partidista, usando una doble vara de medir. Así, se han puesto de moda valores como el rechazo al machismo, racismo, homofobia o fascismo o franquismo cuando ese rechazo ya era mayoritariamente compartido desde hace décadas.

Aprovechando el control de los medios se ensalza el valor que se considere conveniente, da igual el valor concreto que se utilice. El objetivo es que en la sociedad resuene ante estos valores con más intensidad emocional que ante otros igualmente incuestionados, como la libertad individual, el rechazo a las tiranías, la posibilidad de alcanzar la prosperidad, la neutralidad ideológica en el espacio público o el rechazo al adoctrinamiento a menores… Se busca que la sociedad reaccione con intransigencia ante ese defecto.

Una vez la sociedad resuena con intensidad ante esos valores (primera doble vara), se critica al oponente por los fallos que pueda cometer a este respecto y se ensalza al aliado (segunda doble vara de medir). Siempre se podrá encontrar alguna mancha en el contrincante, real o aparente, nadie es perfecto e intachable, y siempre se puede encontrar algo que alabar en el aliado y silenciar sus faltas.

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Organizaciones de doble juego, ético y partidista

Con la sombra de la sospecha ya sembrada sobre el contrincante, se le exige que haga constantes demostraciones de que no es culpable. Incluyendo entre estas demostraciones el apoyo a organizaciones de evidente doble intención. Que a la vez que pretenden defender un valor moral, atacan al contrincante e incorporan ideas radicales y frentistas.

Así, que los republicanos no apoyen al BLM es presentado como confirmación de su naturaleza racista. Y el BLM, a su vez, dedicará gran parte de su actividad a denostar al Partido Republicano y promocionar mantras de la izquierda. ¿Se ve la trampa? O alimentas a un contrincante que te desprestigia o eres racista.

Lo mismo con las organizaciones de feminismo radical, antifascistas, LGBT… O les permites acceso a toda la sociedad, niños incluidos, les financias y eres permisivo ante el adoctrinamiento e incluso los actos ilegales o eres machista, fascista y homófobo.

Una vez instalada la exigencia puritana, no basta con no pecar. Hay que demostrar pureza cada vez que se exija. La sospecha basta para culpar (recordemos a Woody Allen, Plácido Domingo…)

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Supremacismo moral y demonización. Ángeles y demonios.

Tras un tiempo, una vez está asentada la tendencia social, se extreman las pasiones hasta la intolerancia y la veneración. Se monta el santoral. Llamando al odio contra el oponente por esa faceta y rechazando como inaceptable la crítica a los propios. El odio hacia Trump u Orbán solo es comparable al rechazo a cualquier crítica a Merkel o Von der Leyen.

Es difícil criticar que Alemania no debería utilizar el LGBT durante los acontecimientos deportivos para atacar a un contrincante en la UE, Hungría. Argumentar que va en contra de la neutralidad ideológica en el deporte, el motivo por el que lo prohíbe el reglamento de la UEFA, resulta inaceptable para alguien que participa de la intransigencia puritana. Como resulta también inaceptable resaltar que además se utiliza un evidente doble rasero ideológico, ya que Orbán no defiende la homofobia sino que tan solo prima la protección de la infancia ante el adoctrinamiento, la suposición de que utilizará la ley con intención homófoba no pasa de ser una sospecha. Un doble rasero también en la aplicación, los políticos alemanes nunca critican con esa misma intensidad otras cuestiones, aunque sean tan graves como dar un golpe de estado o mantener un grupo terrorista nacionalista.

Pero… ¿quién se fija en esos detalles si el alcalde de Múnich es presentado un noble caballero blanco que está defendiendo un valor supremo frente a un conocido malvado como Orbán?

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P.S.1 (27 junio 2021) ¿Qué contiene realmente la ley aprobada casi por unanimidad por el Parlamento húngaro? Una limitación respecto de lo que se puede promocionar a menores de 18 años en cuestiones relativas a educación sexual, que ahora tendrán que ser autorizadas por el estado.

Solo la consideración previa de que Orbán es homófobo permite presuponer que la ley se aplicará para apoyar la homofobia. Es decir, la UE se apoya en el sesgo de confirmación para presuponer homofobia, En sospechas, no en hechos concretos.

A partir de ahora, los cursos de educación sexual tendrán que ser impartidos por organizaciones autorizadas por el Estado, precisa el texto.

La ley denuncia también la existencia de estructuras «con una discutible credibilidad profesional» que intentan «influir en el desarrollo sexual de los niños» y pueden «causar graves daños a su desarrollo físico, mental y moral«.

5 aspectos de la controvertida ley húngara sobre derechos LGTB

La ley fue aprobada por 157 votos a favor y uno en contra en el Parlamento.

En la práctica, la ley puede implicar que no se autoricen programas de educación sexual o la publicidad de multinacionales solidarias con las minorías sexuales»

«El texto de la ley es, a propósito, muy ambiguo», señala Zsolt Szekeres, representante del comité de Helsinki (HHC), una organización de defensa de los derechos humanos.

Qué sabemos sobre la ley anti LGBT de Hungría que se coló a la Eurocopa

P.S.2 (8 jul 2021) Otro ejemplo de manipulación.

El sábado 3 de julio fue asesinado a golpes un Daniel, un joven homosexual en La Coruña. Ante la sospecha de un trasfondo homófobo, se convocaron manifestaciones de repulsa en toda España.

El caso es que en la manifestación en Madrid fueron abundantes los gritos en contra del fascismo (insulto ya habitual contra la derecha) y del gobierno de Ayuso, de derechas y no siempre complaciente con las exigencias de las organizaciones LGBT.

¿A qué no molaría una manifestación de gente de derechas insultando y amenazando a los homosexuales? Pues igual de penoso resulta ver una manifestación LGBT insultando a la derecha.

Los prejuicios agresivos son siempre mala cosa. La manipulación es fea aunque se vista de seda puritana. Colectivizar y manipular a los homosexuales para que tengan prejuicios de odio contra la derecha es igual de negativo que sembrar prejuicios homófobos. Ojalá la mayoría de los ciudadanos LGBT no se dejen engañar por esa interesada perversión.